viernes, 30 de octubre de 2009

El burdel grande y el chico

Las calles del Barrio del Sapo eran de tierra y sus manzanas estaban rodeadas de zanjas, siempre con agua, ya que era el volcadero obligado de las aguas servidas y porque, en general, sus letrinas eran construidas con pozos de poca profundidad. Había un predominio de ranchos y las pocas casas de material eran, en su mayoría, de construcción precaria.
En los años ´20, se erigieron en el barrio dos edificios de ladrillos de muy buena factura, tal es así que casi 100 años después, permanecen en pié. Uno de ellos está ubicado en la Avenida 47 entre 12 y 14 y hoy en día conserva rastros de su antigua fachada. A este se lo denominó “chico” y contaba con un pequeño hall que lo hacía más familiar. Su concurrencia en general era más selectiva, porque la Patrona en muchas ocasiones impedía la entrada a ciertos personajes que no eran de su agrado o a la gente camorrera.
El otro edificio estaba en la calle 20 entre 47 y 49 y junto con el anterior, eran los únicos dos inmuebles destinados para prostíbulos y eran los oficiales de la ciudad en esos años.
El de la calle 20 tenía un enorme galpón que alrededor poseía habitaciones pequeñas, con su correspondiente baño y con una cama, generalmente de plaza y media. Cada cuarto tenía una puerta que daba a un gran hall, en donde los concurrentes se ubicaban. Eran tantas aberturas que daban a ese patio interno que era imposible poner sillas y sillones, por lo que, los concurrentes, esperaban parados. Cerca de la entrada había un pequeño bar donde se servían bebidas y en un palco alto una persona manejaba una vitrola para emitir música. Algunos solían bailar, pero eran los menos. Este edificio tenía un nombre particular: El Quilombo Grande.

1 comentario:

  1. Jajajaj buenísimo. Qué bueno! El quilombo grande jajaja! Muy interesante y gracioso.

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