domingo, 26 de septiembre de 2010

Los Baños Públicos de Marsiglia. Parte 1. Don Gabriel Marsiglia, el primer hojalatero del mundo.

No eran muchos los que tenían el privilegio de poder bañarse con agua caliente en el Mercedes de 1870. Las instalaciones de las casas de esa época no tenían las suficientes instalaciones como para poder gozar de un buen baño de inmersión. Menos aún estaban al alcance de todos las bañeras, las calderas, la calefacción, por más holgura con que la familia viviera y eran pocos los que tenía agua corriente.
Don Gabriel Marsiglia, su esposa e hijos, posando para la foto.

En la esquina de 20 y 23, donde en la actualidad se encuentra el edificio de Telefónica de Argentina, vivió un hombre que llegó a Mercedes proveniente de Italia: Don Gabriel Marsiglia. Hombre culto y de gran ingenio, su inventiva era de una fecundidad extraordinaria y sus realizaciones causaban asombro, como la de sus baños públicos.
Cuenta Raúl Ortelli en su libro “La sangre en las esquinas y Romances de la Guardia” que Marsiglia era una “figura muy simpática y atrayente, enseguida de llegar se vinculó a los núcleos más importantes de la ciudad dentro, dentro de los que se movió siempre con buen estilo y máxima seguridad”. Marsiglia, empezó su vida laboral creando una hojalatería que se llamaba “La perforación del globo”. Según un aviso periodístico, era la primera del mundo. Ortelli, en su relato agrega que “anexo, creó un taller de herrería “donde se fabrican las norias primarias”. Le iba tan bien con sus negocios que hasta se podía dar el gusto de tener un pasar muy deshaogado”.
Así era la esquina de 20 y 23 (en aquél momento 26 y 17), cuando funcionaba el negocio de Marsiglia y su casa de dos pisos. Ahora, en ese mismo lugar, se encuentra el actual edificio de Telefónica.

Marsiglia siempre se destacó en la ciudad por sus inventos. El historiador Luis Villarreal, en un texto escrito en 1981 y tomado por José María Méndez en una recopilación de historia de la ciudad que se publicó en 1995 a través del Semanario Protagonistas, cuenta que Marsiglia “ideó, entre otras cosas, un Trompo Argentino, precursor del giróscopo, que mereció un primer premio en una exposición en Buenos Aires. Construyó un ventilador a pedal que con un leve esfuerzo permitía gozar de aire fresco a un grupo de personas. Pensó también una fuente iluminada, que solía ceder a la Municipalidad para que la colocada en la plaza principal los días de fiestas populares. Era tal su habilidad, -prosigue Villarreal- para el manejo de metal que con una libra esterlina había moldeado a punzón una copita sin que perdiera el dibujo original de la moneda. Esto, debió hacerlo una vez en una exposición en Capital Federal frente al presidente Julio Roca.
Hasta la década de 1970, estando ya construido el edificio de Telefónica, todavía se podían apreciar las galerías y baños de la casa de Marsiglia. Luego, al final de esa década, se demolieron las bañeras de “cal y canto” que se conservaban en excavaciones que hizo aquel dueño de “La perforación del globo”.

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